Seguramente es una de las gemas más bellas que existen debido a sus efectos ópticos y diversidad de colores. El ópalo (independientemente del juego de colores) puede ser blanco, gris, negro, marrón, rojo, amarillo, naranja, verde, azul o incoloro.
Se divide en tres grupos: precioso, de fuego y común. El ópalo precioso se caracteriza por su capacidad para difractar la luz que permite una inusual exhibición de destellos de color que varían según el ángulo de observación. El ópalo de fuego puede mostrar un débil juego de color, pero es más valorado por su cuerpo de intenso color cálido (amarillo, naranja o rojo). El ópalo común suele ser opaco y no tiene juego de color.
Propiedades físicas y químicasEl ópalo está formado por esferas de silicio hidratado; su contenido en agua puede variar entre el 3% y el 21% en peso, aunque lo más usual es que esté entre el 6% y el 10%. La interferencia y refracción que causan esas pequeñas esferas son las responsables del extraordinario juego de colores. Su dureza se sitúa entre 5,5 y 6,5 en la escala de Mosh.
YacimientosEl 95% del ópalo procede de Australia, aunque los más importantes yacimientos de ópalo de fuego se encuentran en México. También se extrae en Brasil, Estados Unidos, Etiopia, Nigeria, República Checa, Francia, Perú y Tanzania.
Tratamientos
El comprador debe tener cuidado con los ópalos negros (los más valiosos) ya que hay ópalos blancos que son ennegrecidos sumergiéndolos primero en azúcar y luego en ácido sulfúrico para carbonizar el azúcar.
Mantenimiento
Debido a su baja dureza debe ser tratado con cuidado. Algunos pueden secarse y agrietarse por lo que es conveniente sumergirlos periódicamente en agua durante varios minutos para conservar la humedad. Otra opción es guardarlos en una bolsa de plástico hermética con una tela húmeda. Nunca deben limpiarse con aceite porque pueden perder casi todo su fuego.