La Esfena (también conocida como titanita) es una piedra preciosa de color amarillo verdoso, verde, rojizo y marrón. Esta gema empieza a aparecer en el mundo de la joyería; había sido una gema escasa pero el descubrimiento de nuevos yacimientos hace que su disponibilidad vaya en aumento. Las gemas de más de cinco quilates son raras. Su fuego es uno de los más altos de todas las gemas, es incluso mayor que el diamante.

El nombre de Esfena es el más usado en gemología y deriva de la palabra griega “esfen” que significa “cuña” y se debe a la forma característica de los cristales. El nombre alternativo de titanita proviene de su alto contenido en titanio y suele usarse para referirse al material no precioso de uso industrial de color pardo rojizo o negro.

Propiedades físicas y químicas

Químicamente la esfena es un silicato de titanio y calcio. Frecuentemente presenta impurezas de aluminio y hierro, también suele contener trazas de tierras raras como cerio e itrio. Industrialmente es una fuente de óxido de titanio, que se utiliza para fabricar pigmentos. La tonalidad de la piedra depende de su contenido en hierro: las amarillas y verdes tienen bajo contenido en hierro; las marrones y negras contienen mucho hierro. Una variedad rara que contiene cromo es la más valiosa y presenta un color verde intenso.

Su dureza se sitúa entre 5 y 5,5 en la escala de Mosh; su densidad varía de 3,52 a 3,54.

Las piedras muestran un gran pleocroismo. Presenta al menos tres colores si se mira desde diferentes ángulos: amarillo verdoso, amarillo rojizo y casi incoloro, pero los tonos exactos dependen del color de la piedra.

Yacimientos

Los principales yacimientos se encuentran en Madagascar y Brasil; pero también se extrae en Sri Lanka, Austria, Canadá, México, Myanmar, Alemania, Italia, Pakistán, Rusia, Suiza y Estados Unidos.

Tratamientos e imitaciones

La Esfena no es generalmente tratada, aunque si es sometida a tratamiento térmico el color se convierte en naranja o rojo. No se conocen imitaciones o sintéticos.

Mantenimiento

Su baja dureza y fragilidad hace que sea inapropiada para montar en anillos sin montura protectora; es mejor su uso en colgantes, pendientes y broches. Es sensible a los golpes, al calor y a los ácidos. No debe limpiarse con vapor o ultrasonidos. Se puede rayar fácilmente por lo que debe guardarse envuelta para evitar roces.

Un fuego intenso que puede aproximarse al diamante. Ha sido una gema escasa en el mercado pero se han descubierto nuevos yacimientos.

El color de la Esfena se puede convertir en rojo o naranja por medio del calor. El amarillo verdoso o verde es el color más deseado. Hay tonos marrones y rojizos. Los cristales de Esfena son bastante pequeños y no suelen superar los dos quilates.

Puede ser transparente u opaca; la mayoría presenta inclusiones y las limpias son raras. Dependiendo de la claridad puede ser cortada en forma de cabujón.