Introducción.

La Labradorita se trata de un mineral cuyo nombre procede de la región de Labrador, en Canadá, lugar en el cual fue descubierta alrededor del año 1770 por primera vez. Posteriormente, se produjo el descubrimiento de un yacimiento de labradorita en Finlandia, en 1940, siendo este el inicio de su incorporación en el mercado denominándose como “espectrolita”.

Es un mineral que presenta distintas aplicaciones en la industria como su uso para la fabricación de cerámicas, esmaltes, materiales de refracción o como revestimiento ornamental en muchas edificaciones.

Características.

La Labradorita está formada a partir de la cristalización de rocas ígneas y en las conocidas como rocas metamórficas. Asimismo, puede encontrarse en otro tipo de rocas ígneas, denominadas máficas. En cuanto a su dureza en la escala de Mohs se encuentra entre 6 y 6.5.

Es una piedra semipreciosa que puede presentar distintos tonos de color pasando de colores grisáceos, azules, rojos, verdes, naranjas o incluso a tonos traslúcidos. El efecto colorido que presenta es denominado Labradorescencia y suele ser visible expresamente bajo un determinado ángulo. La suelen denominar “piedra de luna arco iris”, aunque se dice que dicho nombre no es oficial.

La Labradorita, debido a su hábito de origen, se considera como un mineral muy bien desarrollado, con forma alargada o tubular, y que presenta planos de fractura que hacen que sea una piedra con una forma que puede ir desde perfecta a desigual.

En relación a otras propiedades de la Labradorita, se considera un talismán que atrae la buena suerte y aleja aquellas energías que no negativas, y permite desarrollar la fantasía y la creatividad.

Gemología.

En el ámbito de la joyería, principalmente de la joyería fina, son muy cuidadosos a la hora de realizar el corte del mineral. En el caso de la Labradorita, esta es cortada en cabujones para que presente una exhibición de lo más elegante, ya que si es cortada desde cualquier ángulo, su efecto no sería el mismo y presentaría una imagen más descuidada.

También, algunas labradoritas son trabajadas a través del pulido con el fin de la realización de collares y en determinadas ocasiones, como se ha mencionado en la introducción, las labradoritas que son de peor calidad, suelen ser usadas en la construcción de edificaciones como adornos en los exteriores.

Para reconocer una Labradorita de buena calidad, es necesario tener en cuenta que su tonalidad dependerá de su país de origen. Por ejemplo, las tonalidades grises proceden de Canadá, mientras que las amarillas proceden de Rusia.

Cuidados y renovación.

La Labradorita aunque presente una gran dureza tiene una vulnerabilidad en su físico que hace que su brillo se pierda rápido, sobre todo si es sumergida en agua salada. Por ello, es importante tener en cuenta su cuidado en el momento de su limpieza.

La manera de limpiar y purificar este mineral es con agua. Bastará con sumergirla durante unos minutos y posteriormente, pasarle un paño suave y seco. Para renovar sus energías, puedes colocarla a la luz de la luna.